No encuentro las palabras ni los acordes adecuados para expresar todo aquello que es en mí, que no puede ser de otra manera ni esconderse en ningún otro entendimiento; sencillamente no me hallo entre tanta libertad. Yermo ya el terreno, seca la fuente que debía fecundarlo, sigo aún buscando el cerezo del que me enamoré en mi infancia, auque desconozco si por añorar su sombra o su flor: inocencia o esperanza.
sábado, 9 de abril de 2011
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