Róbame todo lo que tengo y mírame después por encima del hombro como si aquello que poseyeras fuese mérito tuyo, que eso no te librará de ser un don nadie esclavizado por las apariencias. ¡Cuánta hipocresía mal disimulada rezuman tus poros tras la máscara de mi rostro!
domingo, 26 de septiembre de 2010
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